Propongo una reflexión en voz alta para que quede constancia. Últimamente en el mundo automovilístico veo con estupor como modelos son clonados y mediante leve maquillaje son presentados por diferentes marcas como si fueran novedades mundiales. Ah, qué rabia me da¡ ¿ Es que creen que el personal es tonto? Ahí tenemos al Citroën C-Crosser, gemelísimo del Outlander y del Peugeot 4007. Otras veces sin embargo son las propias marcas las que insisten en presentar un mismo modelo bajo diferentes trajes como son los Jeep Compass y Patriot, es que clavaditos por dentro estética y dimensionalmente. Y finalmente está el hecho de que 4 o 5 de los últimos modelos presentados a bombo y platillo no sean más que evoluciones de estructuras y cálculos anteriores. Evoluciones en dimensiones, equipamientos, carrocerías, acabados .... pero mismos chasis, esquemas de suspensiones, nombres comerciales ... Tenemos el ejemplo del nuevo Renault Laguna, Fiat Bravo y Mazda 6.
Ante lo expuesto yo me digo, ¿es de recibo presentar algo como nuevo (ya que su apariencia así lo indica) cuando ciertamente no lo es? Y hago extensible la pregunta a cualquier aspecto de nuestra experiencia vital.
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